El jade es una piedra opaca y humilde que nace de las rocas con fuerza y una vez que pasa por las manos del orfebre se convierte en una apreciada joya.
Esto quiere decir que el jade es una piedra que necesita del trabajo y de la experiencia para sacar todo lo que lleva dentro. Necesita de ayuda para mostrar toda su belleza y su capacidad.
Actúa como una especie de puente entre este mundo y el otro, pero no es un puente inmediato, sino que requiere de tiempo para ir despertando la conciencia poco a poco y de forma pausada, durante este camino irán aflorando un sinfín de conocimientos, de ideas y de imágenes incluso de uno mismo, sin haber leído ningún libro, ni haber estudiado. Nos recuerda que dentro de nosotros tenemos una infinidad de información y de conocimiento que está siempre latente dentro de nosotros.
El jade es una piedra de paz y concordia, no es guerrera pero tiene un acentuado valor de la justicia y aunque no busca batallas es fiel defensora de lo que cree.
Es una piedra más intelectual que espiritual, pero puede abrir las puertas del espíritu, curar el cuerpo y atraer los bienes materiales, como todas las piedras verdes, es un buen talismán que atrae fortuna y suerte.
Los aspectos negativos del jade no son muy graves pero hay que tenerlos en cuenta, puede llevar a la desidia y la pereza. Se mueve entre el vicio y la virtud, entre la intención y la acción, y entre la entrega y el interés, enlazando lo material con lo espiritual, y lo mental con lo emocional.
Si este carácter lo identificas con el tuyo, no lo dudes, esta es tu piedra mágica.
El jade encuentra su posición ideal en el timo, parte intermedia entre el trapecio y la clavícula.
En el bazo, incidiendo en todo el sistema linfático.
También es efectivo en otros puntos como en los intestinos delgado y grueso, desbloqueando.
En las vértebras lumbares, sedando y equilibrando.
En los glúteos, ayudando a la circulación.
En las Corvas, codos, rodillas, caderas y hombros, dejando pasar las energías internas.
En el dedo meñique, abriendo las puertas de la comunicación.
Es preciso tener en cuenta que el jade actúa con lentitud pero con seguridad, por lo que es necesario utilizarlo con constancia y sin prisas.
También se puede colocar en cualquier dedo, llevarlo como cualquier joya o talismán de fortuna y amor, o bien, a la usanza oriental, como rosario, en bolas medianas para jugar con ellas con la palma de la mano, en bolitas que pendan de la parte interior de la manga, para jugar con ellas mientras se hace un negocio, se hace una apuesta, se intenta una venta o se pide un deseo.
Le va bien la compañía de cualquier piedra, incluidas las rojas, pero sus mejores acompañantes son la malaquita, la turmalina verde, esmeralda, zafiro azul, obsidiana y el lapislázuli, ya que en todas ellas logra su objetivo principal, la paz, la tranquilidad, el servicio y la estabilidad.
El rubí le da impulso y fuerza, lo mismo que el granate y el ámbar, pero la compañía de estas piedras debe ser breve o momentánea, como si le sirvieran sólo de arranque.
Junto al cristal de cuarzo puede aumentar su potencia curativa, y junto al diamante puede crecer en todos los planos, y aunque la compañía de estas piedras no debe ser tan breve y momentánea como en el caso de las piedras rojas, también deben acompañar al jade sólo temporalmente.
Su principal punto de actuación son los intestinos, desbloqueando nervios y congestiones del aparato digestivo.
Cura resfriados, dolores de cabeza, alergias e intoxicaciones leves. Mejora notablemente la circulación sanguínea en las extremidades inferiores y superiores.
Aporta tranquilidad, paz y armonía y mejora el humor previniendo las pequeñas obsesiones, favoreciendo el buen funcionamiento del organismo y en particular del corazón.
Llevar una piedra de jade encima, bien limpia y adecuadamente cargada, es garantía de fuerza y salud, evitando contagios de enfermedades tanto físicas como psíquicas. Tiene la virtud de curar tanto la parte física, como las partes emocionales y espirituales de las personas.
No es una piedra de poder, pero el jade es muy apreciada como joya, ya que es capaz de atraer todo tipo de bienes, tanto las conseguidas con el trabajo diario como las conseguidas a través de la suerte y del azar.
Es una buena piedra para los trabajos intelectuales y para los estudiantes, despierta el ingenio y otorga simpatía y poder de convencimiento, siendo también muy adecuada para profesiones donde se aplican estas virtudes como profesores, negociantes, distribuidores, vendedores, escritores…
Es en general una piedra muy buena para el trabajo constante y duradero, el trabajo humilde de los trabajadores comunes. Por supuesto, no favorece a las jerarquías ni a los jefes.
También es buena para atraer la suerte en juegos de azar, siempre utilizándola con cuidado porque puede hacer que se espere demasiado de la suerte y ello llevar a la pereza.
Es una piedra muy propicia para crear sólidos vínculos de todo tipo, desde el amistoso y el social, hasta el de pareja y espiritual, así como el familiar, incluso con objetos, animales… Pero hay que estar atento, porque como todo lo que se procura en abundancia puede llegar a tornarse negativo, el amor también puede pasar a ser pesado y demasiado absorbente, por lo que se recomienda no abusar de su poder en las relaciones amorosas o bien mezclarlo con otras piedras como el rubí para las conquistas o con el lapislázuli para mantener el amor, la pareja o las relaciones familiares o de amistad.