Se suele decir que la malaquita todos los males quitas y es cierto, es una de las piedras curativas por excelencia, su poder de curación es muy general, por lo que se le suele acompañar de de otra piedra que oriente sus potentes propiedades terapéuticas.
En solitario se suele utilizar para actuar sobre el sistema nervioso, como armonizadora de los desequilibrios emocionales.
Permite alcanzar altos niveles de concentración, eso sí, hay que tener cuidado de tenerla siempre limpia ya que tiene un alto poder de absorción de energías negativas que es necesario limpiar. La mejor manera de purificarla y recargarla es lavarla con agua y dejarla al sol durante al menos 6 horas.
La malaquita actúa como un eliminador de desechos emocionales y espirituales, liberando al cuerpo etéreo de todo lo que deba descartarse.
Como hemos dicho es una piedra de curación que absorbe la energía en lugar de transmitirla o canalizarla, por lo que resulta ideal para aplicar localmente en áreas congestionadas o doloridas, a fin de atraer las causas físicas y psíquicas de la dolencia liberando al cuerpo físico o mental de ellos.