Ya por su color, la esmeralda es el símbolo del renacimiento, de la esperanza, de la primavera, de la belleza, de la espiritualidad, de la bondad y como no del amor.
Utilizada de forma permanente otorga felicidad y longevidad, pero dependiendo siempre de cómo actúe la persona que porte esta piedra, siempre que siga un camino recto y honesto.
Combinada con otras gemas verdes o rosas, puede resultar muy eficaz para facilitar los estados de parto y post-parto.
También gran poder para combatir hemorragias y afecciones de la piel, como granos, herpes, acné, tiña o melanomas.
Es una piedra armonizadora, facilita la salida al exterior de todos los sentimientos negativos, aportando tranquilidad y serenidad.
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