La esmeralda es una piedra de poder, como el rubí y el diamante, pero no es especialmente ambiciosa, aunque atrae todo tipo de riquezas materiales.
Representa la juventud y es por ello que se la considera una piedra de transición, un puente entre la juventud y la madurez, entre lo material y lo espiritual.
Es una piedra voluble, tan frágil como poderosa, con cambios radicales que pueden otorgar madurez, experiencia y solidez de principios y carácter, pero también se puede quedar en la apariencia, en la superficie, y no llegar a la verdadera esencia de las cosas.
En ella está la magia y el conocimiento, un constante renacer, ya que es la gema de los niños y de la inocencia, de las almas gemelas y de los ángeles, es capaz de darnos todo sin darnos nada, o viceversa, de darnos nada cuando en realidad nos está dando todo.
Si te sientes identificado con este carácter, no lo dudes, esta es tu piedra mágica.
Su centro energético se encuentra entre el trapecio y la clavícula del hombro izquierdo, sobre una glándula llamada timo. Desde este punto irradia su fuerza y une el cuerpo astral con el cuerpo físico.
Se lleva bien con todos los centros energéticos y con ninguno, ya que puede abrirlos o bloquearlos, potenciarlos o debilitarlos, es por ello que debe ser colocada por personas con la experiencia necesaria para hacerlo.
Pero en zonas como el timo, el corazón, el dedo meñique, el cuello, las orejas y las muñecas, son amigas y en ellas la acción de la esmeralda es básica y generalmente positiva.
Como joya o talismán de fortuna y amor se puede colocar en cualquier dedo o parte del cuerpo.
El agua de esmeralda sintoniza el cuerpo y evita los caprichos y desvaríos de la piedra. El agua de esmeralda consiste simplemente en agua donde haya estado remojándose una o varias esmeraldas durante un período mínimo de siete horas y máximo de siete días.
Una vez consumida el agua de esmeralda, se puede colocar la piedra en cualquier parte del cuerpo que lo requiera.
Es una piedra que se lleva bien con todas las piedras, se complementa muy bien con ellas, por lo que es capaz de ayudar y dejarse ayudar, es una piedra que actúa siempre dando y recibiendo.
A todas ellas la esmeralda les da agilidad y movilidad, capacidad de acción y de resolución, y, sin embargo, la esmeralda trabaja mucho mejor sola que acompañada, o en todo caso con un diamante o un cristal de roca muy transparentes, para que ella pueda operar a su antojo.
Es utilizada para calmar los nervios y centrar la personalidad, evitando que la persona caiga en la dualidad, la hipocresía o las enfermedades psicosomáticas.
Sus principales puntos de actuación son sobre el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, los pulmones, los brazos, los antebrazos y las manos, aunque es muy eficaz también contra problemas oculares y auditivos, y sobre todo para combatir alergias y fiebres primaverales.
Tiene una gran capacidad regeneradora en órganos y células, por lo que se la llama la piedra del rejuvenecimiento y la belleza.
Es piedra de poder, por lo que es proveedora de todo tipo de bienes, al tiempo que puede inclinarnos a la codicia, el vicio del juego, el fraude o a los negocios poco claros, por lo que hay que utilizarla con mucho cuidado.
Es muy favorable para comercios, tiendas y almacenes, pero también es buena para los profesionales ya que a cualquiera le puede ayudar a tener un importante golpe de suerte. Aunque está especialmente ligada a profesiones como medicina, enfermería…
Se utiliza también para fomentar ideas y proyectos, porque todo lo que toca la esmeralda se vuelve rico y fértil, es por ello que también se utiliza para todo lo que tenga que ver con el campo, ganado, cosechas, evitar plagas, robos…
Para estos temas se alía muy bien con el diamante y el rubí.
Es una piedra muy caprichosa que aunque tradicionalmente se le ha asociado al amor, no es una piedra que ofrezca garantías en este aspecto, sobre todo estabilidad, porque sí puede ofrecer varios amores y dar la posibilidad de varios matrimonios. De hecho está más vinculada a la soledad que a la compañía, y a la búsqueda del amor ideal que del amor estable y sólido.
Aunque no ayude mucho en el amor y a crear lazos familiares, la esmeralda es una estupenda relaciones públicas que otorga capacidad de seducción y simpatía, siempre de puertas para afuera. Atrae el respeto y el reconocimiento ajeno, aunque no suele durar mucho.
En resumen, la esmeralda es la piedra de la simpatía, la que cae bien a todo el mundo y a todo el mundo agrada.