La amatista es una piedra mágica porque es una piedra magnética y profunda que despierta la intuición y los dones naturales de la sensibilidad, por lo que se le asocia a las brujas y a los magos.
Es una piedra amiga del Sol y de la Luna. Coge de cada uno lo mejor, del primero la potencia de sus rayos y de la segunda la fuerza interna y mística.
Es una piedra muy especial, enigmática y misteriosa, que es capaz de abrir las puertas al poder femenino y receptor del universo.
En ella se pueden encontrar los caminos de la búsqueda tanto interna como externa, la necesidad de ver y saber, y el deseo de adquirir la sabiduría a través de la experiencia.
Es una piedra capaz de transformarse y convertir lo peor en lo mejor, recuperar su brillo, la felicidad y la alegría, despertando de un largo sueño.
Es una piedra vinculada a la maternidad, al hogar y a la familia.
Es una piedra con una gran capacidad de ahorro y almacenamiento, y otorga la virtud de la paciencia y la perseverancia, es una piedra que conserva las experiencias que van enriqueciendo al ser.
No hay que olvidar que es una piedra lunática y cambiante. Se deja llevar por la inercia de otras piedras y deja que ellas tomen el protagonismo. Es una piedra que se crece ante los problemas y que sabe sacar fuerza de flaqueza pero rara vez da el primer paso en la conquista de algo o de alguien. Es una piedra que sabe esperar el momento adecuado para irradiar sus poderes, por lo que requiere muchas veces de la presencia de otras piedras para sacar todo lo que tiene dentro.
Se puede decir que es una piedra muy relacionada con la femineidad, fuertemente sensible y emocional, hasta la capacidad de dar a luz a nuevos seres.
Si te sientes identificado con este carácter no lo dudes tu piedra mágica es la amatista.
La amatista refleja muy bien dos zonas específicas, la coronilla y el tercer ojo, potenciando especialmente las virtudes de la personalidad, además de ayudar a proyectar la intuición, la sensibilidad y las aspiraciones místicas y esotéricas que todos llevamos dentro aunque estén dormidas o despiertas.
También influye de manera positiva si se coloca sobre el tórax, pechos, estómago, boca y vientre o a la altura de los ovarios.
La colocación ideal de las piedras es sobre el cuerpo desnudo y acostado sobre una superficie firme y natural, una manta de lino o algodón puro, una estera de madera, la misma tierra… Si no fuera posible la desnudez, se recomienda llevar encima una sencilla bata de lino o algodón, sin fibra sintética.
La amatista al ser piedra de gestación y fertilidad, también se puede colocar sobre el vientre de la mujer embarazada o sobre el cóccix o el pubis cuando hay problemas de fertilidad.
Sobre los pechos de la madre que amamanta a sus hijos, mejora la calidad de la leche materna, además de fortalecer las glándulas mamarias, el tono muscular del tórax y evitar nódulos o tumores en dicha zona.
A excepción del índice, se puede poner en cualquier dedo, pero como joya o talismán de fortuna y amor puede ir en cualquier parte del cuerpo, engarzada en oro, plata, platino o cuero natural.
Es una piedra que funciona mejor con el apoyo y los refuerzos de otras piedras:
Con el Cristal de cuarzo, para depurar.
Con el Diamante, para proyectar.
Con el Ópalo blanco, para estabilizar.
Con la Esmeralda, para embellecer.
Con el Ámbar, para materializar.
Con el Granate, para expandir.
Con el Lapislázuli, para centrar.
Con el Aguamarina, para sensibilizar.
Con el rubí no se lleva demasiado bien, no es recomendable que trabajen juntas.
Con el ónix y la obsidiana pueden funcionar muy bien a nivel esotérico o en caso de depresiones, nervios alterados o problemas psíquicos y mentales, siempre que se utilicen correctamente, en caso contrario podría agravar los problemas.
Calma cualquier tipo de dolor y malestar, pero no cura el origen de la dolencia, por lo que será necesario apoyarse en otras piedras para emprender la acción curativa una vez dormido el dolor.
Es muy eficaz para curar problemas psicológicos, ya que tranquiliza y calma los nervios, aleja los temores y los miedos, disminuye la ansiedad, otorga paz, actúa contra las obsesiones y las fijaciones, siendo de gran eficacia contra las fobias y las depresiones.
También ayuda en aliviar los dolores de cabeza, las migrañas y las jaquecas que han sido provocadas por nervios o problemas psicológicos.
Combinada con la aguamarina, es muy eficaz contra vicios y dependencias, ya sean físicos o psicológicos. Combate especialmente el alcoholismo y la drogadicción, aunque contra la adicción al tabaco no suele ser muy eficaz.
Funciona como un depurador de la sangre y es de gran ayuda para su oxigenación, lo que evita la proliferación de enfermedades.
Es una piedra tremendamente femenina, por lo que va bien con todo lo que tenga que ver con la maternidad, la concepción, la fertilidad y el alumbramiento, así como la lactancia infantil y los primeros meses de vida.
Piedra que fortalece el organismo en general, dándole potencia, resistencia y capacidad de sacrificio, por lo que es una piedra ideal para deportistas.
Es la piedra del ahorro y del trabajo constante, ayuda a proyectar todo aquello que se haga poco a poco, con tenacidad y esfuerzo.
Piedra que favorece la fabricación, la artesanía y la industria, así como la hostelería y la restauración..
También favorece todo lo relacionado con la maternidad y los bebés, desde clínicas dedicadas a la ginecología hasta guarderías, colegios, clínicas pediátricas…
Muy buena piedra para todo aquel que se dedique al esoterismo, magos y brujas, psicología o parapsicología, astrología y terapias alternativas.
Es la piedra del amor familiar y especialmente en casos críticos de soledad, viudez o pérdida de un ser querido, porque más que prevenir, como puede actuar el lapislázuli, se convierte en un buen remedio cuando las cosas se han puesto mal.
Por supuesto es muy buena para tratar las relaciones entre padres e hijos, entre hermanos… porque evita la soledad, los conflictos y atrae a las personas y favorece las relaciones, incluso las relaciones que no son familiares, como pueden ser amistades, vecinos…
Es muy eficaz contra los dolores del alma, cuando hay problemas emocionales o bajones de ánimo, mostrando a la persona una visión mucho más clara de las cosas, dándole la importancia que realmente tienen las cosas. Es capaz de dar la vuelta a los problemas convirtiéndolos en experiencias positivas de las que se puede aprender y salir fortalecido.