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La cocina es uno de los lugares en los que están presentes los cinco elementos. - Tierra (macetas de las plantas aromáticas). - Agua (lavadora, lavavajillas, fregadero, congelador, etc). - Fuego (fogones, vitrocerámica, horno, etc). - Metal (fundamentalmente en la vajilla). - Madera (sillas, mesas, estantes, tablas de picar, etc). |
Éste es uno de los factores por los que la cocina es el ambiente más poderoso e importante de la casa.
Pero es muy importante no alinear elementos opuestos y seguidos en el orden de destrucción; y de ser así, es necesario aplicar las reglas de equilibrio que hemos dado cuando hablamos de los cinco elementos.
Los fogones no deben de estar muy cerca del fregador ni de la puerta de entrada.
Ni el horno ni los fuegos de la cocina deben estar enfrentados con el frigorífico ni con el fregadero.
Los fuegos de la cocina no deben estar debajo de una ventana ni en un rincón, porque ambas cosas significan vulnerabilidad ante energías negativas.
La cocina no debe de estar orientada hacia la puerta principal, ni hacia el cuarto de baño.
La persona que cocina tiene que ver fácilmente a la gente entrar en la cocina.
La puerta nunca debe de estar a sus espalda.
Los alimentos y los utensilios dentro de los muebles han de estar ordenados y de fácil acceso. Es importante tanto el exterior como el interior.
La cocina cuidándola, nos dará abundancia.
Tener un buen feng shui en la cocina significa tener el frigorífico bien surtido de alimentos a cualquier hora, todos los días de la semana.
La iluminación en la cocina es muy importante y los objetos que han de predominar son los relacionados con el elemento tierra y sus colores.
En los ambientes en los que se cocina no debe faltar el color blanco.
Simboliza la pureza, el calor, la fuerza y la salud, condiciones que siempre están presentes en los rituales culinarios.
También son buen feng shui las mesas para el desayuno instaladas en la cocina, que constituyen un punto ideal para empezar el día. Además pueden servir para hacer una separación entre la lavadora, el frigorífico y el fregadero, -a un lado de la cocina- y el horno y los fuegos situados al otro lado. Así se hace una separación entre agua-fuego.
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