Este acto simboliza el deseo que tenemos de sujetar algo fuertemente. Puede ser que estemos sujetando a una persona para que no se nos escape o que lo estemos haciendo con nuestros propios sentimientos por medio de las propias frustaciones. Debemos ser más elásticos y tener en cuenta que nunca es positivo tener a alguien al alado a la fuerza, es mejor que pensemos en las causas que hacen huir a esa persona y poner remedio si ello es posible. En cuanto a nuestras propias represiones, debemos hacer un análisis exhaustivo de nustro carácter y ser más condescendientes con nosotros mismos, ya que la rigidez a la que nos sometemos no produce resultados nada buenos. En el terreno afectivo no seremos muy afortunados.
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