La cruz céltica, incorpora las cartas de toda la baraja y suele utilizarse para responder a una pregunta específica.
Seleccionar una significador adecuado al consultante y a la pregunta.
Situarlo boca arriba encima de la mesa.
Concentrarse en la pregunta, barajar las cartas y pedir al consultante que corte las cartas en tres pilas, boca abajo y de izquierda a derecha, con la mano izquierda.
Algunos lectores miran las tres cartas superiores para hacerse una idea preliminar del resultado.
Otros simplemente cogen las tres pilas de derecha a izquierda, las sostienen boca abajo en su palma izquierda, y empiezan a tirar las cartas.
Si en la tirada dominan los arcanos mayores, en la vida del consultante hay poderosas fuerzas en movimiento, o bien dichas fuerzas influyen en su subconsciente, lo cual sugiere que el destino puede intervenir y dejar el resultado fuera de su propio control.
Si una figura de cualquier palo cubre el significador situado en la primera posición de la cruz céltica, hay que empezar leyendo todas las cartas y valorando la situación entera antes de decidir si dicha carta representa al consultante o a otra persona, o bien si debería elegirse un significado alternativo.
Si en la posición número diez aparece una figura, puede que una persona del color y de la edad correspondiente determine el resultado. Es preciso recordar que a pesar de que la cruz céltica cuenta con diez posiciones, cada una con significado propio, la décima carta debería incluir todo lo que se ha extraído de las demás cartas de la tirada.
Si el resultado no es concluyente, deberá realizarse una nueva tirada encima de la primera, con la décima carta como significador.
Hay diez posiciones de la tirada en cruz céltica. Representan lo siguiente:
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