Si tu pareja es Piscis seguro que te has sorprendido ante esos ataques de romanticismo que les dan. La pareja Piscis siempre resulta atractiva y muy generosa ya que prefiere dar antes que recibir. Piscis es intenso, tanto que a veces eso puede influir en sus relaciones de pareja de una manera radical.
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Piscis y Aries: Dentro de la enorme diferencia de estas dos individualidades, una fuerte, dominante y vital, la otra dada a la abstracción, depresiva y generalmente soñadora, no es tan difícil como podría parecer que su unión tenga éxito. Aries no comprenderá nunca la mutabilidad e introversión de Piscis y éste deberá soportar, en cierta medida, el firme carácter del primero; pero con el tiempo la adaptación será fácil y las diferencias se compensarán.
Piscis y Tauro configuran una alianza entre lo material, concreto y sensato, firme y persistente del segundo, y la mutabilidad, el desinterés y la carencia de conceptos realistas del primero. El más frecuente motivo de fricción puede provenir del sentido común y la previsión de Tauro, que no podrá comprender ni aceptar el fatalismo y la indiferencia, con respecto al futuro, de Piscis. Además, los celos de éste pueden ofenderlo e inhibirlo.
Ambos son mutables, tanto en la ansiedad de nuevas vivencias como, especialmente, en el carácter variable y de insólitas reacciones. Cada uno querrá permanecer dentro de su fuero íntimo y atado a sus intereses, materiales o intelectuales de Géminis, místicos o esotéricos en Piscis. En el aspecto de lo práctico y concreto los dos fallan y su capacidad amatoria no está mutuamente estimulada por sus diferentes personalidades.
Ambos poseen profundos sentimientos, sensibilidad y comprensión, firmes bases para establecer una relación estrecha. La fantasía, tan rica en ambos, puede ser un punto de contacto para unirlos forjando sueños y compartiendo esperanzas. Cada uno se preocupará por el otro, pero la tendencia a revivir cualquier crisis sufrida será un aspecto negativo. Dos seres en los cuales los sentimientos elevados y los anhelos de superación constituyen una fuerza de atracción mutua de valor imperecedero y exenta de la precariedad de los sentidos.
Puede ser ésta una relación casual y poco firme por la disparidad de caracteres. La fogosidad, intolerancia y, a veces, violencia de Leo, serán una carga difícil de sobrellevar para la delicada y susceptible naturaleza de Piscis. Mientras Leo actúa regido por valores concretos y materiales, Piscis solamente será feliz en el ámbito de los sueños y las lucubraciones fantásticas. El uno no podrá tener cabida en las ambiciones románticas del otro, y Piscis no comprenderá ni aceptará el materialismo de Leo.
El anális, la crítica y la frialdad de Virgo no armonizarán con la calidez, romanticismo e imaginación de Piscis. Los estados de mutación e indecisión de éste serán rechazados por el espíritu decidido, fuerte y concreto del otro. Los defectos ajenos nunca pasan inadvertidos para Virgo, y la sensibilidad de Piscis no aceptará una continua restricción de sus ideales e impulsos, como tampoco la tendencia a regir su vida por pautas demasiado estrictas.
Los dos poseen un espíritu altruista fraternal y amante de la justicia; será éste un buen punto de contacto. Libra ejercerá fuerte atracción sobre Piscis, pero no será en el terreno de los sentidos como progresará la relación, ya que los celos y las tendencias depresivas del uno configurarán, con la desaprensión e inconstancia del otro, una unión conflictiva y dolorosa para Piscis. La vida entre los dos puede resultar muy difícil por la común incapacidad para mantener los efectos en un plano equilibrado, medido y sensato.
La compatibilidad casi total entre estos dos signos sortearía bastante bien las discrepancias menores que existan. Aunque el nativo de Escorpio es persona compleja, impulsiva y a veces violenta, posee excelentes condiciones para combinar, aplacar o complementarse con el carácter apacible, tímido, pero rico, espiritualmente, de Piscis. La intuición de éste puede ser muy bien recibido por el luchador, presistente y ambicioso espíritu de Escorpio.
La inquietud y extroversión del segundo dificilmente armonizarán con el desapacible e introvertido carácter de Piscis, cuyos celos, así como sus depresiones anímicas, no serán comprendidos por el espontáneo y audaz nativo de Sagitario. Las escenas pasionales motivadas por la sensibilidad de uno no encontrarán eco en la frialdad del otro respecto a los sentimientos ajenos, pues para Sagitario sólo cuenta su propia concepción de la vida.
Dos personalidades bastante armónicas y similares. Estos dos seres apacibles, profundos, maduros y espirituales, se complementarán gracias a la persistencia de Capricornio y la inquieta e indecisa naturaleza de Piscis. Ambos se beneficiarán de la responsabilidad y buen juicio de Capricornio y del espíritu pleno de vivencias místicas o afectivas de Piscis. Los celos no tendrán cabida entre ellos: fe y lealtad serán su fuerte.
Los dos están preocupados por los problemas del mundo o del prójimo; pero mientras el uno los encara con realismo y espíritu progresista, el otro lo hace desde un punto de vista abstracto y romántico. La compleja necesidad de amor de Acuario, así como sus reacciones insólitas, no encontrarán buena acogida en un ser diametralmente opuesto en su concepción de la convivencia afectiva.
Dos personas del mismo signo de Piscis podrán apreciar cada una la sensibilidad e inquietudes espirituales de la otra y vivir en armonía una existencia plena de episodios de índole superior, especialmente en el plano de lo místico o religioso. Al poseer ambos una fecunda imaginación y una auda percepción, les será posible y profundo, como asímismo prestarse asistencia en los frecuentes momentos críticos que su extraña personalidad genera.