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El entorno en el Feng Shui

El entorno en el Feng Shui Vamos a empezar de una forma prácticapreparando el lugar por el que queremosempezar.
Yo recomendaría empezar conuna habitación, el despacho o el lugar dondemás tiempo pasamos.

Foro de Feng Shui en espaciotiempo.com

Como apuntábamos en capítulos anteriores, estas son las bases que hay que asentar para posteriormente aplicar el Feng-Shui.

¿Tienes claro qué lugar es el primero que vas a preparar? ¿Si?
Pues empezamos la preparación.
Necesitarás papel y lápiz, te aconsejo que sea un cuaderno o una libreta para ir escribiendo en él todos los ejercicios que vayamos desarrollando, así como notas, impresiones o simplemente pensamientos que te vayan surgiendo, así podrás ver tu evolución.

Empezaremos eliminando lo que no nos resulta agradable y así tendremos menos trabajo en los puntos siguientes.

  • Lo que ves a tu alrededor debe gustarte.

Busca la silla más cómoda que tengas, coge tu cuaderno y lápiz.
Sitúa la silla en un extremo de la habitación, de tal forma que te permita observar toda la habitación, casi como si estuvieras fuera de ella.

Relájate y poco a poco empieza a mirar a tu alrededor como si estuvieras viendo una obra de arte, un cuadro cuyo tema es tu habitación, y tú eres el espectador.

Concédete un tiempo para simplemente observar, deja que la habitación hable, simplemente mira y deja que poco a poco te vayas fijando en los objetos que realmente no deberían estar ahí, no te gustan y desentonan con el resto haciendo desafinar al conjunto.

Intenta en este punto no pensar cada vez que localices algo que no te gusta cosas como "No me gusta, pero... me lo regaló mi tía y no podría tirarlo" o "Demasiado caro, no puedo deshacerme de ello", etc.

No es el momento de estos pensamientos, simplemente identifica lo que no te gusta, sin más, no es el momento de analizar el porqué no te gustan.

Una vez localizados a golpe de vista todos aquellos objetos que no son de tu agrado, hay que empezar hacer un análisis un poco más profundo.

Ahora es el momento de coger papel y lápiz y de una forma mucho más intencionada buscar lo que no nos gusta, esta vez haz una lista de todo lo que no es de tu agrado.

Haz un barrido con la vista de la habitación, párate en cada objeto y pregúntate ¿me gusta?, en este punto es de gran ayuda analizar cada objeto identificado, definir porqué no te gusta y el motivo por el que no te has deshecho de él antes.

Todo esto lo puedes escribir en tu cuaderno para posteriormente analizar la lista, te ayudará en el futuro para no acumular cosas que no te gustan.

La pregunta ha de ser a tu yo más íntimo, no te dejes influenciar por lo que se lleva, por lo que sale en las revistas o en televisión, te tiene que gustar a ti, tiene que ir con tu visión de la vida, con tu personalidad, lo que realmente te pertenece y lo que no.

Una vez que has localizado todo aquello que no te gusta y lo tienes escrito en tu cuaderno, hay que identificar todo aquello que aunque no te guste, no puedes deshacerte de ello.

Repasa la lista de todos aquellos objetos que no te gustan e identifica aquellos de los que te es imposible deshacerte, por ejemplo un sillón, no te gusta pero te es imposible deshacerte de él en este momento.

Ya has completado tu lista de objetos que no te gustan y que día a día estás viendo.

Busca una caja y mete en ella todos esos objetos que no te gustan, así los tendrás recogidos para cuando decidas qué hacer con ellos.
Los objetos que aunque no te gustan no puedes deshacerte de ellos intenta poner a su lado algo que te resulte agradable. Si por ejemplo en un sillón una funda le puede ayudar, vístelo de tal forma que te resulte lo más agradable posible.

Sustituye todo lo que no te gusta por cosas que al verlas te alegren, que sientas que todo está en orden, todo ocupa su sitio preciso.

Con todas esas cosas que has sacado que no te gustan, puedes venderlas, regalarlas o sacarlas a la basura, sin más, lo importante es que te deshagas de ellas lo antes posible, no sirve de nada trasladarlas a otra habitación o al fondo de un cajón, estás moviendo el problema pero no eliminándolo.

Este ejercicio puedes repetirlo de vez en cuando, dependiendo de lo rápido que cambien las cosas de la habitación. Si lo haces frecuentemente cada vez será más fácil y costará menos identificar los objetos, es más, si lo tienes en la cabeza como base notarás que antes de poner un nuevo objeto te preguntarás ¿realmente me gusta? Y no llegarás a ponerlo si no te gusta.
También es verdad, que lo que hoy te gusta, te encanta, con el paso del tiempo deja de gustarte, ese es el momento del cambio y de repetir el ejercicio.

Cuanto más vivas con lo que te gusta, más positiva será tu vida.

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